Los tratamientos estéticos en el área de la odontología suelen ser diversos, tanto para mejorar la apariencia en cuanto a color del diente como lo son el blanqueamiento dental y las carillas, como también para mejorar o corregir del todo las malformaciones y desplazamientos de las piezas dentales del lugar indicado en donde deberían reposar, tales como los muy comunes brackets o frenillos de alambre.
Sin embargo, hoy en día existe otro método o tratamiento que promete ayudar al correcto posicionamiento de la estructura dental para lograr así una sonrisa armoniosa y estéticamente agradable, como el Invisaling, el cual promete los mismos resultados de los tradicionales frenos de metal aunque con la ligera desventaja de que el proceso es un poco más lento.
A pesar de ello, vale la pena, porque los efectos son evidentes y con mucho menos dolor e incomodidades propias de los tratamientos tradicionales ya mencionados, los cuales son molestos por factores higiénicos, estéticos (durante el proceso) por la presencia del alambre y porque causan muchas dolencias por el material utilizado y por el hecho de que obligan a los dientes a cambiar de posición empleando mucha fuerza.
El sistema Invisaling debe ser utilizado por el paciente durante al menos 22 horas al día, es decir que se deben utilizar para casi todo tipo de actividad, tanto de día como de noche, con la única excepción de la hora de la comida, ya que, como se explicó anteriormente, no se deben ingerir alimentos con el molde.
El Invisalign también actúa como los frenos de metal en cuanto al moldeado de la estructura dental, este se encarga de ir posicionando paulatinamente a los dientes en el lugar adecuado, además, una vez esto suceda, es necesario usar cada noche unos retenedores para que el proceso no sea revertido.